En el supertazón del cuerpo humano
El hígado del mundo hecho paté
Secreta la hiel que es
Bebida de ángel
Y la destila bajo diferentes
Nombres comerciales
Etiquetas de diseño audaz:
El ego a repartir en las tiendas
De abarrotes de los días
En el supertazón del cuerpo humano
El hígado del mundo hecho paté
Secreta la hiel que es
Bebida de ángel
Y la destila bajo diferentes
Nombres comerciales
Etiquetas de diseño audaz:
El ego a repartir en las tiendas
De abarrotes de los días
Unos cuantos no pocos
Nos dimos a la tarea de atrapar vivo
al tiempo-hecho-carne
Para conseguir nuestro sueño patrullamos la ciudad
Armados con rifles de juguete
Y checamos la población sospechosa
En puntos especiales de observancia
La especie más flexible burla nuestra intención
Se escurre sigilosa entre las redes
Y provoca que las trampas nos atrapen a nosotros
Usa disfraces e identificaciones falsas
Y solo sale en la madrugada de estrellas
Carteles con el rostro compartido del tiempo-hecho-carne
Han sido pegados en postes, puentes y escuelas
Y se ofrece un reloj de arena dorada como recompensa
A quien proporcione alguna información
Que lleve a su captura
Entropía tuvo un hijo
De un hombre que no la amaba pero viajó
Desde el vacío hasta la costa de sus entelequias
Y no pudo besarla sólo engendrar
El fuero hecho carne coronada de esquinas
Lejos del cauce y sus efemérides
El hijo, nombre y torcimiento
Subiendo por una escalera de términos
Rojo media luna bien cocido
O humeante
Atado a una caterva de eufemismos
¿Qué pasa? La máquina mal nos mueva sigue su escarcha
Y en drive están la bonhomía y la sensación equinoxial de in media res
Despierta pensador de parábolas fútiles
O amargos clichés: Cristo es un cult
Una corazonada de baile
O tal vez un te inquiero vertebral
Y si abominan es verdad escindida
Y si enternecen mejor cohabitar
LA MUJER QUEDADA
la mujer quedada
dormida en su niño de moho
es un arma oculta en el cajón
del director de orquesta
En su mente escindida fue sembrada
la promesa de la revelación
y reserva la sutileza de sus murmullos
para el momento de la onda y de la estela
bella o indiferente
debe siempre conservar la esperanza
del nombre
que es su guardacostas secreto
la enfermedad rabiosa: la paciencia
navidad, el sueño seductor
aún la música que enferma sana de vuelta en sus labios morosos
en el interior de su pecho late sin percatarse un péndulo herido
al manejar en carretera a veces nos topamos con la mujer quedada
su equipaje en el carmín del polvo
ella de largo y holanes oteando en busca de un camión
o un conocido buena gente
si se traiciona y ríe queda fuera
y por instinto se aferra
y por voluntad se subyuga